Hacer una diferencia en la vida de un niño
Uno de esos niños es un niño llamado Conner. Cuando conocimos a Conner por primera vez, no podía caminar , hablar , pararse , sentarse , mantener la cabeza erguida ni usar ninguna de sus extremidades, lo que le dificultaba relacionarse con su mundo de alguna manera. Tampoco podía abrir y cerrar las manos, lo que le dificultaba jugar con juguetes o sostener un tenedor para alimentarse.
Hoy, Conner puede sentarse y mantener la cabeza erguida, además de pararse y caminar con ayuda. En diciembre, Conner dio sus primeros pasos mientras su terapeuta lo sujetaba por los hombros. Con la ayuda de su terapeuta, ¡caminó por toda la habitación! Esto hizo que su madre se echara a llorar al instante. Un mes después, Conner alcanzó otro gran logro: valerse por sí mismo sin apoyo. También es capaz de alimentarse solo.
Su apoyo y la determinación del sistema de apoyo de Conner hicieron posible estos momentos conmovedores.
Las diferentes habilidades no deberían quitarle una gran infancia.
Lo invitamos a unirse a otros miembros de la comunidad que tienen una visión en la que cada niño puede experimentar la felicidad que conlleva el simple hecho de ser un niño. Gracias por hacer su parte para ayudar a un niño a crecer fuerte.
