¿Qué son los retrasos en el desarrollo de la alimentación?

¿Qué tan comunes son los retrasos en el desarrollo de la alimentación?
Los trastornos de la alimentación se encuentran entre los retrasos en el desarrollo infantil más comunes. Las investigaciones han demostrado que hasta el 25 por ciento de los niños pueden mostrar signos de un trastorno alimentario. Además, hasta ocho de cada 10 niños con discapacidad pueden tener un trastorno alimentario concomitante.
¿Cuáles son los signos de un retraso en el desarrollo de la alimentación?
Los signos y síntomas de un retraso en el desarrollo de la alimentación pueden variar ampliamente. Estos signos van desde leves (p. ej., lo que muchos adultos perciben como "quisquillosos al comer" o comportamiento normal de los niños pequeños) hasta graves y alarmantes (como arcadas o vómitos al comer). En general, los síntomas a observar incluyen los siguientes:
- Negativa a comer o irritabilidad
- Resistencia a comer cualquier sólido o líquido (solo solicitar papilla o “puré”)
- Problemas orales o sensoriales (por ejemplo, incapacidad para cerrar la boca o masticar); disfunción de las cuerdas vocales
- Hacer rabietas u otro comportamiento disruptivo cuando se le pide que coma
- Negativa a comer grupos de alimentos o texturas específicas; resistencia a una variedad de alimentos
- Neofobia alimentaria (miedo a probar alimentos nuevos)
- Comidas prolongadas
- Retraso en el logro de las habilidades de autoalimentación
- Atragantamiento, arcadas o vómitos al comer
- Gastronomía ( sonda g ) o dependencia nasogástrica ( sonda ng )
- Estreñimiento o dolores de estómago frecuentes
- Dificultad para aumentar de peso / crecimiento deficiente crónico
- desnutrición
¿Qué causa los retrasos en el desarrollo de la alimentación?
Para la mayoría de los niños, no existe una causa única para un retraso en el desarrollo de la alimentación. A menudo, los trastornos de la alimentación son el resultado de una combinación de factores. Los niños con problemas de desarrollo o médicos existentes tienen el mayor riesgo de desarrollar un problema de alimentación. Estos niños incluyen bebés o niños pequeños nacidos prematuramente, niños con enfermedades neurológicas o niños con retrasos en el desarrollo coexistentes.
Otras causas comunes incluyen las siguientes:
- Habilidades motoras orales deficientes (conocidas como disfagia)
- defectos del paladar
- Problemas dentales
- Anomalías de la boca, laringe, tráquea o esófago
- Tono muscular bajo o tono muscular alto
- Tdah
- Problemas de respuesta y procesamiento sensorial (p. ej., hipersensibilidad o adaptación lenta al gusto, el olfato o la textura; sobreestimulación fácil)
- Enfermedad crónica (infecciones de oído, infecciones respiratorias o convulsiones)
- Desórdenes de ansiedad
- Trastornos de la motilidad gastrointestinal (p. ej., vaciado lento del estómago) o síndrome del intestino corto
- Alergias alimentarias graves
- Gastritis, duodenitis y esofagitis
- Enfermedad por reflujo gastroesofágico
- Ambiental (p. ej., retraso en la introducción de alimentos texturizados)
¿Cómo se diagnostican y tratan los retrasos en el desarrollo de la alimentación?
Uno de los primeros pasos para tratar un retraso en el desarrollo de la alimentación es la participación de los padres. El padre o cuidador debe informar al pediatra cualquier signo de un trastorno alimentario. La evaluación de un posible trastorno incluirá una revisión del historial médico, los patrones de crecimiento, el historial o los trastornos del desarrollo y los hábitos alimentarios actuales.
El proceso en curso puede implicar varios pasos, incluida la evaluación de la ingesta dietética por parte de un dietista registrado (RD), la observación de un médico o enfermera practicante que se especialice en trastornos de la alimentación, la evaluación de un psicólogo clínico o del comportamiento infantil y la evaluación de las habilidades motoras orales de un patólogo del habla y el lenguaje (SLP).
Las pruebas y evaluaciones especiales pueden incluir una prueba endoscópica o de bario para evaluar la capacidad de tragar, pruebas gastrointestinales para descartar problemas en el tracto GI y pruebas de postura a través de un fisioterapeuta pediátrico (PT) o un terapeuta ocupacional (OT). Es posible que un médico deba realizar análisis de sangre para determinar el estado nutricional (como los niveles de vitaminas y la nutrición) o para detectar problemas médicos subyacentes que pueden contribuir a los retrasos en la alimentación.
El tratamiento para los retrasos en el desarrollo de la alimentación incluye terapia de alimentación, capacitación en habilidades especiales (SST) y terapia ocupacional. Estos tratamientos permiten que los niños desarrollen habilidades de alimentación a través de actividades clínicas, terapia individual intensiva de alimentación y deglución, y práctica de alimentación en grupo. Comuníquese con The Warren Center para obtener más información sobre ayuda con los retrasos en la alimentación.