Las rutinas diarias pueden proporcionar a los niños oportunidades de aprendizaje beneficiosas que garanticen la seguridad, la coherencia y la comodidad en su entorno. Es posible que los niños pequeños aún no comprendan completamente el concepto de tiempo, por lo que no ordenan su vida por horas y minutos, sino por los eventos que suceden. En lo que algunos investigadores han descrito como una "epidemia de ansiedad", la previsibilidad y la familiaridad que conlleva la rutina ofrece el "espacio seguro" perfecto que los niños necesitan. Cuando los eventos ocurren en el mismo orden todos los días, los niños tienen una mejor comprensión de su mundo y, por lo tanto, se sienten más seguros.
¿Por qué debo implementar una rutina?
- Establecer expectativas y gestionar el comportamiento.
- Dividir el día o una actividad en partes manejables
- Proporcionar apoyo con la transición de una actividad a otra, especialmente cuando se trata de una actividad nueva
- Minimizar la resistencia a las actividades menos preferidas
- Fomentar la confianza en uno mismo y la responsabilidad.
- Apoyar la independencia y el autocontrol.
- Comprender conceptos como “antes y después”
- ¿Por dónde empiezo a desarrollar una rutina?
La forma más valiosa e importante de crear rutinas es observar las fortalezas o la actividad favorita del niño y desarrollarlas para que aprendan y prosperen a lo largo del día. Una tarjeta de referencia con imágenes puede ayudar a los niños a comprender visualmente qué actividad viene a continuación. Por ejemplo, utilice una actividad favorita como plastilina o jugar afuera. Luego, agregue eventos cotidianos, como almorzar y la hora de la siesta. No olvide agregar rutinas para la hora de asearse y la hora de acostarse (cepillarse los dientes, leer cuentos y descansar). Los niños menores de tres años comienzan con no más de 5 tarjetas de referencia con imágenes y poco a poco agregan más de una en una. Los niños mayores deben comenzar las rutinas de imágenes con 8-10 tarjetas de referencia.