La gente a menudo asocia a los niños pequeños con el ruido enérgico y la charla bulliciosa. Sin embargo, cuando la madre de Daniel se dio cuenta de que no hablaba, el silencio se hizo ensordecedor. Ella explica: “Estaba realmente preocupada y no feliz porque él no hablaba. Incluso su escuela se quejó de su falta de palabras”. Después de un período de frustración desalentadora, Daniel recibió un diagnóstico primario de trastorno mixto del lenguaje expresivo-receptivo y se inscribió en terapia del habla en The Warren Center.
En la terapia, Daniel aprendió a imitar palabras y comenzó a interactuar mejor con otros niños. Aunque demostró un uso limitado de palabras en el pasado, Daniel ahora usa palabras, juega con otros niños y también comparte sus juguetes con otros.
Estos notables logros dan esperanza a la madre de Daniel sobre la capacidad de su hijo para adaptarse a la escuela. Después de compartir los logros de Daniel, explica: “Antes no conocía ninguna estrategia. El Centro Warren me enseñó qué hacer y vi grandes cambios. Han sido de bendición para mi familia y para mí. He ganado mucho con el programa”.
La dificultad para comunicarse puede ser frustrante, especialmente cuando ni los padres ni los niños conocen la causa del problema. Gracias al Centro Warren, Daniel ahora tiene las estrategias y herramientas que necesita para expresarse al mundo.